miércoles, 9 de marzo de 2011

Pedro Páramo. Tertulia.


Se impone un intento de resumen (quizás me haya salido un poco largo):

Juan Preciado va a Comala a visitar a su padre, Pedro Páramo, porque así se lo prometió a su madre Dolores Preciado, antes de que ésta muriera. “No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro". Y a continuación "Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo"

Abundio, el arriero, también hijo de Pedro Páramo es la persona que conduce a Juan Preciado a Comala. Juan tuvo que esperar en Los Encuentros a que llegara alguien. La referencia al Hades y a Caronte es más que evidente. Dice Abundio: Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del Infierno. Le dice además que en Comala no vive nadie y que Pedro Páramo murió hace muchos años. Bien pudo entonces Juan darse la vuelta pues su viaje no tenía ya finalidad alguna. A pesar de eso entra en Comala donde el abandono es evidente: pueblo sin ruidos, pisadas huecas.

Eduviges Dyada (se presenta ella misma) es la persona que acoge a Juan. La casa de Eduviges esta llena de tiliches, de los muebles y trastos de las personas que se fueron del pueblo y nunca volvieron. Eduviges ya conocía que Juan iba a llegar porque su madre, Doloritas, se lo había anuncido. Eduviges dice que Doloritas y ella se hicieron la promesa de morir juntas. Hace siete días dice Juan que murió su madre.

A continuación aparece la infancia de Pedro Páramo relatada en tercera persona, donde se intercalan párrafos en primera persona en los que Pedro Páramo habla de su amor por Susana San Juan desde que eran niños.

Vovemos al relato en primera persona de Juan Preciado. Eduviges le dice que pudo haber sido su madre. Juan se da cuenta de la extrañeza de esa mujer “Su cara se transparentaba como si no tuviera sangre” Conocemos que Doloritas fue la esposa de Pedro Páramo y que lo abandonó para irse con su hermana Gertrudis. Eduviges habla de Abundio que se quedó sordo y que ya murió, Juan dice que el Abundio que él ha conocido no era sordo, por tanto no debe ser el mismo. Eduviges habla también de Inocencio Osorio, que trabaja de amasador en la Media Luna, se le conocía como Saltaperico por su agilidad en los brincos, era un provocador de sueños, un pulseador, una especie de brujo.

Vuelve la infancia de Pedro Páramo.

Sigue la conversación entre Juan Preciado y Eduviges. Relata la muerte de Miguel Paramo, quien fue amante de la propia Eduviges. Miguel tenía una novia en Contla y encontró la muerte al salta  con su caballo la tapia de piedra que Pedro Páramo había mandado levantar en la Media Luna.

Pedro Páramo recuerda la muerte de su padre. Han matado a tu padre le dice su madre.

Aparece el padre Rentería en el entierro de Miguel Páramo. Conocemos que Miguel había matado al hermano del padre Rentería y violado a su sobrina Ana. El padre Retería acaba aceptando unos monedas de Pedro Páramo a cambio de bendecir el cadáver de Miguel. Asistimos a los remordimientos del padre Rentería por su connivencia con Pedro Páramo. Conocemos que Eduvigis se suicidó y el padre no quiso perdonarla.

Vuelve el relato en primera persona. Damina Cisneros que cuidó a Juan cuando era pequeño, viene a buscarle a la casa de Eduvigis y quiere que e vaya con ella a la Media Luna. Le dice que esa habitación donde se encuentra Juan Preciado, fue donde ahorcaron a Toribio Aldrete y que allí dejaron el cadáver encerrado.

Aparece el personaje de Fulgor Sedano, el administrador de Pedro Páramo. Es él quien ejecuta a Toribio Aldrete y quien hace a Dolores Preciado la proposición de matrimonio de Pedro Páramo (es un matrimonio de intereses por el dinero que les debe a los Preciados). Va contando cómo liquida los asuntos dejados por su padre Lucas Páramo: los Preciados, Toribio Alpedrete y los Fragosos, se trata de propietarios importantes que sucumben a la violencia de Pedro Páramo.

Regresa Juan Preciado con su relato en primera persona. Juan recorre el pueblo con Damiana Cisneros que le dice que el pueblo está lleno de voces, de ecos, le relata que al venir a buscarlo ha visto a su hermana Sixtina que murió cuando Damiana tenía doce años. De pronto, cuando Juan le pregunta a Damiana si está viva, Damiana desaparece. Juan recorre ya en solitario las calles de Colama y escucha las voces:
  • Dos mujeres que huyen de Filoteo Aréchiga que es quien le llega mujeres a Pedro Páramo
  • Galileo que es informado de que acaba de perder sus tierras que han pasado a ser de Pedro Páramo. Es su propio cuñado, el cuñado de Galileo, quien lo extorsiona.
  • Juan entra en una casa donde hay una extraña pareja desnuda. Cuando despierta, el Donis se ha marchado a buscar un becerro y habla con su hermana-esposa. Esta le dice que no sale nunca (tiene la cara llena de pecados), pero a pesar de ello asegura que hay habitantes en el pueblo, está Dorotea, Melquíades, Prudencia el viejo, Sóstenes. Que por las noches se encierran por la cantidad de ánimasque salen (pero ellos Donis y su hermana-esposa sólo tienen media casa con techo, el resto está caído) Juan dice que se quiere irse de Comala y el Donis le dice que espere a mañana.
Donis se va por la noche y Juan se queda con la mujer. Se acuestan en la misma cama y a medianoche Juan siente como la mujer se ha convertido en tierra y se disuelve en su propio sudor. Juan sale y los murmullos lo matan. Cuenta su propia muerte: el frío que salía de su propia sangre es lo que acaba por helarle el alma. Donis y Dorotea lo entierran. Es entonces cuando nos conocemos que Juan está muerto y enterrado entre Dorotea y Susana. Juan le dice a Dorotea que le trajo la ilusión y Dorotea contesta que eso cuesta caro.

Vuelve la tercera persona para contar los desmanes de Miguel Páramo, parece tratarse de los primeros desafueros del hijo del cacique. Miguel hace algún tipo de trato con Dorotea a cambio de que esta reciba comida todos los días. No sabemos en qué consistió el pacto.

Hablan Juan Preciado y Dorotea, ella le cuenta que su vida ha sido tan dura que el cielo está aquí donde está ahora, en la tumba. El padre Rentería le negó la salvación, el cielo, la gloria.

Le comunican a Pedro Páramo la muerte de su hijo. Pedro Páramo recuerda cuando su madre le informó de la muerte de su padre. El padre Rentería presiente la muerte de Miguel y no puede dormir. Recuerda que él fue el responsable de poner ese instrumento de maldad (Miguel) en manos de su padre, porque el padre Rentería llevó al recién nacido a Pedro Páramo diciendo que la madre había muerto en el parto. El padre le dice a Pedro Páramo que con la sangre que lleva el niño no quiere la responsabilidad de quedárselo y Pedro Páramo se queda con el niño. El padre Rentería va a Contla a buscar la absolución del sacerdote, pero este se la niega. Ya entonces el padre Rentería se queja de la gran cantidad de muertos que hay en Comala y de que allí nada germina.

Se introduce la voz de Susana San Juan que recuerda la muerte de su madre. Nadie fue a velarla, nadie al entierro. Debe haber muerto hace mucho dice Dorotea. Voces explicando la venganza que se tomó Pedro Páramo después de la muerte que parece accidental de su padre cuando asistía a una boda. Dorotea le dice a Juan que Pedro Páramo después de la muerte de Susana lo abandonó todo y se sentó en el camino.

Regreso de Susana a Comala. Recuerda Pedro Páramo las veces que intentó hacer regresar a Susana y su padre Barlomé San Juan. Pedro Páramo le dice a Fulgor que necesita que Susana se quede huérfana.

Los desvaríos de Susana y la agravación de su locura.

El Tartamudo le da a Pedro Páramo la noticia del asesinato de Fulgor Sedano. Inicio de la revolución. Pedro Páramo hace llamar a Tilcuate, pero vive pendiente de Susana. Cuál era el mundo de Susana San Juan eso nunca llegó a saberlo.

Susana habla en primera persona desde su tumba.

Los revolucionarios llegan a la hacienda de Pedro Páramo.

Gerardo le informa a Pedro Páramo que Tilcuate ha sido derrotado. Gerardo es el abogado de Pedro Páramo y le dice que se va. Gerardo espera un acto de generosidad que no se produce.

Damiana Cisneros habla de que en un sola ocasión intentó colarse en su habitación Pedro Páramo y lamenta que no lo haya vuelto a intentar. Le ve meterse en la habitración de la chacha Margarita.

Damasio, Tilcuate, informa a Pedro Páramo que no ha sido derrotado. Que se ha unido a los villistas. Damasio le pide dinero. Pedro Páramo le dice que vaya a sacarlo de los ricos de Contla.

Muerte de Susana.

Tilcuate se pone al lado del padre Rentería que se levantó en armas.

Pedro Páramo solo en la puerta grande de la Media Luna se lamenta de la muerte de Susana. Habla en primera persona.

Abundio Martínez cuenta que su mujer Refugio se ha muerto. Va a ver a Pedro Páramo para que le ayude a enterar a su mujer. Abundio mata a Pedro  Páramo que muere desmoronándose como si fuera un montón de piedras.


Varias fueron las ideas e interpretaciones que se discutieron, véamos algunas:

  • La utilización por parte de Juan Rulfo de valores universales (el amor, la muerte, el rencor, la violencia...) como elementos configuradores de personajes y situaciones, lo que hace que la novela sea muy accesible a pesar de la complejidad estructural. 
  • El determinismo con el que se mueven los personajes, quizás una consecuencia de lo anterior, en la medida en que el campesino sólo puede comportarse como tal y el cacique debe asumir su papel, el que se espera de su condición.
  • El pesimismo que subyace en la novela. Este fue un tema polarizado. Según una postura la novela se abre con la esperanza que Juan Preciado tiene depositada en su padre y se cierra con Pedro Páramo desmoronándose como un montón de piedras. Nada queda de aquella esperanza e ilusión, sólo un montón de piedras en medio de un páramo. Este universo tan cerrado no permite albergar esperanza alguna. Otra postura se basa en las notas de humor que aparecen en el texto (la fiesta que acaba por celebrarse en Comala cuando suenan las campanas por la muerte de Susana San Juan, en la confusión de que se trate de un toque de fiesta y no mortuorio) o en las propias palabras de aquélla antes de morir "Él (Dios) me cobijaba entre sus brazos. Me daba amor" En todo caso Pedro Páramo ya se encarga de decir "Me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre" cuando se entera de lo que ha pasado en el pueblo con los toques de campana (el rencor de que hablábamos antes)
  • La  musicalidad y poesía que envuelve el lenguaje de Juan Rulfo, fueron destacadas por varios de los participantes y ello es más destacable en la medida en que da la impresión de que el uso del adjetivo ha sido muy moderado. Es muy probable que el empleo del lenguaje del pueblo incremente esa sensación de prosa "rimada". Como ejemplo valgan unas cuantas palabras: tiliche, jiote, otate, pochote... o algunas frases "detrasito de él, en la sombre, aguardaba el Tilcuate", "...un pañuelo con orillas de llorar..."
  • El empleo de la primera y la tercera persona, a veces de forma inmediatamente sucesiva, provoca en el lector cierta desorientación. Da la impresión de que el autor reservó la primera persona para los tres componentes fundamentales del corazón humano: la ilusión y la inocencia de Juan Preciado, al amor de Pedro Páramo por Susana San Juan y la locura de ésta. Es, desde luego, una interpretación.
  • Se apuntó el carácter claramente mitológico de la novela, al recoger aportaciones culturales de los mitos griegos, latinos, cristianos, indígenas y, naturalmente, el particular culto a la muerte propio de la idiosincrasia mexicana.
  • Alguno de los tertulianos aportó datos muy importantes de su biografía que ponían de manifiesto una personalidad ciertamente paranoica. Tuvo un infancia muy difícil, quedando huérfano a los diez años y pasando por un orfanato, su padre fue asesinado y varios miembros de su familia tuvieron una muerte violenta. Se aportaron datos que hablaban de una gran inseguridad y cierta tendencia a la soledad y al solipsismo.
  • Parece evidente que Rulfo obliga al lector a implicarse en el universo cerrado que construye, y a rellenar esos grandes agujeros que abre con su escritura "icerbergniana" por emplear el simil de la tertulia anterior de Hemingway. El lector es una parte muy importante de la novela del mexicano.
En fin, estoy seguro de que hay otros muchos puntos de interés que he pasado por alto y que cubriréis con vuestros talentosos cometarios.
Una vez más, muchísimas gracias por vuestro interés y asistencia que en este caso ha sido muy especial por la dificultad de la novela y las cantidad de ideas y datos que habéis aportado.
El libro propuesto para la semana que viene es la novela de Delibes "El camino".




6 comentarios:

  1. Anoche olvidé cerrar el Pedro Páramo al irme a acostar: los murmullos me desvelaron.

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  2. Os dejo un enlace a una página en la que Juan Rulfo en persona lee uno de sus cuentos, concretamente el titulado “Diles que no me maten”. Es un disfrute poder escucharle en puritito mejicano, ahí está toda la musicalidad de que hablábamos ayer. Podéis oirlo en línea o descargarlo para después escucharlo tranquilamente en cualquier sitio desde el mp3:

    http://www.archivosonoro.org/?id=251

    Por cierto que ayer no comentamos nada de la otra vena artística de Rulfo, la fotografía. Parece que, continuando su línea habitual, no las publicó nunca en vida, y lo han hecho después sus herederos.

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  3. ¡Ándele que requetebonito no más le salió el resumen, compadre! -dijo la enredadera, que trepaba sobre el blanco del tapial junto al que, hace mucho, cuando era niño, jugaba Pedro.

    Segismundo.

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  4. Muchas gracias María por ese archivo sonoro. No cabe duda que es emocionante escuchar la voz (los murmullos Javier) de Juan Rulfo acá, yo diría que está en Comala. Aunque no entona correctamente, su voz tiene esa musicalidad tan propia de los mexicanos. Es imposible oír a Rulfo decir: "Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno", sin sentir un escalofrío. Por cierto el cuento que él lee "!Diles que no me maten!" es mucho más largo que el que yo tengo. Sorpendente.

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  5. Bueno, ha sido casi una nueva lectura... Me has recordado la confusión que me creó el relato de la infancia de Juan Preciado alternando con la "historia de amor" de Pedro Páramo y Susana, algo que tuve que releer cuando más adelante comprendí que Susana fue el amor del padre, no del hijo.
    Y he recordado otra escena que me impresionó: "la pedida de mano de Dolores Preciado". Su maravilloso descubrimiento de que el hombre más poderoso del pueblo estuviese enamorado de ella, así, sin más, menuda suerte, el cacique me quiere (hay que j.). Y luego remata su única preocupación para dar el sí, la inminente llegada de la menstruación que le va a estropear la noche de bodas,... y el remedio que encontró con su amiga Eduviges... surrealista. Se me ocurre que si la hermana de Dolores hubiera sido una Guindilla mayor como la de El Camino de Delibes, al menos le habría removido la conciencia, aunque seguro que se habría casado igualmente.
    Saludos y que paséis un fin de semana con buen Camino.

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  6. En días posteriores, hablar en el café sobre el pueblo deshabitado de Comala, me trajo a la mente un pueblo deshabitado en Burgos, al que he ido varias veces de senderismo, en una ruta preciosa cercana al cañón del Ebro.
    Os adjunto un enlace con sus fotos: http://lospueblosdeshabitados.blogspot.com/2009/12/cortiguera-burgos.html
    Al contemplar esas fotos que refrescan lo que la memoria guardaba, me es fácil imaginar y ubicar los personajes de Pedro Páramo deambulando por los parajes de este Comala castellano.
    Hace diez años aún seguía deshabitado, ahora parece que empieza a explotarse turísticamente.

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