miércoles, 2 de marzo de 2011

La tertulia de Hemingway

Brillante, magnífica la faena de nuestro Javier en la lidia del hemingwayano morlaco. Y no era fácil, no señor. Trataré de resumir alguna de las claves:
1.- Para Hemingway el hombre y la naturaleza no pueden relacionarse sino en función de un criterio de soberanía. El hombre cuando sale al campo no sale para contemplarlo, sino para dominarlo y para ello se vale de todo cuanto está a su alcance (armas, cañas, hachas, etc) y en esa lucha es el valor del hombre lo que está en juego. Hemingway admite que el hombre puede comportarse cobardemente en una ocasión, pero tiene el deber de redimirse. Eso queda muy claro en "La breve vida feliz de Francis Macomber". Si Francis se ha portado como un cobarde por huir del león herido, la posterior caza de los búfalos le redime por haber demostrado su capacidad de dominar el miedo y enfrentarse al fracaso anterior. El hombre vale si demuestra valor.
2.- También se discutió acerca del tratamiento que da Hemingway a las relaciones de pareja, al hilo de este mismo cuento. De alguna forma da la impresión de que Hemingway traslada su concepción hombre-naturaleza a la unión hombre-mujer, de forma que siempre uno de ellos tiene que ser el dominador y otro el dominado. Es curioso caer en la cuenta de que si seguimos las claves que el autor nos va dando en el relato aludido, Margot, la esposa de Francis, acaba "matando" a su marido cuando asiste a su transformación en un hombre por el valor demostrado al enfentarse al búfalo herido que lo acomete. Margot comprende que su poder de dominación sobre él ha terminado, que ha dejado de ser un hombre sometido por cuanto ha sido capaz de mostrar su valor. Es entonces cuando Margot lo mata y al mismo tiempo disfrazar el asesinato como un accidente de caza, lo cual habla de la astucia del personaje femenino. No cabe duda de que el tratamiento de la mujer en Hemingway ha sido un tema objeto de críticas por su misoginia.
3.- Respecto del lenguaje y el estilo, cabe destacar el empleo constante de la elipsis. Los cuentos son como pequeños iceberg que el lector debe integrar con la parte sumergida. Hemingway es tacaño en el lenguaje, esconde las claves y obliga al lector a estar muy atento, a convertirse en escritor, dotando a sus relatos de un plus de sinceridad y autenticidad. Igualmente se señaló la tensión con la que Hemingway suele iniciar los cuentos. Valga de nuevo como ejemplo el de Francis Macomber, en las primeras líneas se lee "...intentando simular que nada había ocurrido..." 
Bueno el resto podéis ir aportándolo con vuestros comentarios.
La lectura propuesta para el siguiente miércoles es "Pedro Páramo" de Juan Rulfo. No contamos en este caso con ningún especialista por lo que habrá que poner mucho de nuestra parte.
Gracias a todos por vuestra asistencia e interés. 

6 comentarios:

  1. !Vamos! Seguiré trabajando yo solo. Después de pensarlo... Ahora pienso que en el fondo Hemingway era un sentimental. !Toma ya! Hay mucho sentimentalismo en cuentos como Un lugar limpio y bien iluminado, el del canario, el del gato o incluso en todos en los que aparece Nick Adams, que es el alter ego del propio Hemingway.

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  2. Parece que, al final, el Jefe del blog se ha enganchado a Hemingway. Claro que sí, hombre, tú sabes bien de que va esto de las letras y puedes reconocer a un genio nada más verlo. Pero una cosa. No creo que Ernie fuera un sentimental, no en su obra. No le veo derrochando ternura ni lanzando suspiros al aire como una sureña despechada. Era más bien parco en eso. Lo que sí tenía era una capacidad fuera de lo normal para comprender las pasiones ajenas y talento para describirlas. Y en cuanto a Nick Adams, que es claramente su alter ego, lo mismo: un personaje dotado para asimilar lo que percibe por los sentidos. Es decir: un hombre sensible pero no necesariamente sentimental.
    Su vida privada, o mejor dicho pública, ya es otra cosa. Se convirtió en un payaso exhibicionista, hasta el punto de que, durante mucho tiempo, la estupidez del hombre eclipsó la genialidad del artista. Un poco lo que le pasó a Cela, éste algo menos estúpido y mucho menos artista. Afortunadamente, hoy día la figura del escritor aparece plenamente rehabilitada, en el caso de Hemingway.
    Escribe de lo que sabe. Tiene novelas y cuentos de guerra: estuvo en todas las de su tiempo (que fueron unas cuantas). Relatos taurinos los hay a mansalva: en un momento del año 1931 celebra su corrida (de toros) número 1.500, naturalmente como espectador. Hay varias historias de boxeo: le apasionaba este deporte, lo practicaba con asiduidad e, incluso, intentó enseñar a boxear al pobre Ezra Pound que, por la pinta que tiene en las fotos, no parece precisamente Many Pacquiao. En sus cuentos abundan las referencias al alcohol: él bebe como un cosaco y hasta inventa cócteles que han pasado a la historia. Y, por último, el tema central de casi todas sus historias es la pareja: algo debe saber de la cuestión cuando estuvo casado cuatro veces y tuvo no sé cuantas amantes. Este guerrero, matador, púgil, amante y bebedor parece que estaba bastante seguro de su hombría. ¿O tal vez no?

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  3. Buenas:
    Ante la llamada desesperada de Raúl B. para que nos decidamos a participar, me voy a lanzar al vacio (espero que mis alas literarias estén lo suficientemente maduras como para poder remontar el vuelo antes de llegar al suelo).
    Veo que en los anteriores comentarios se empieza a comentar el personaje de Nick Adams. Pues bien, ciertamente parece ser uno de los "alter ego" que crea en su obra Ernest Hemingway -según algunas opiniones, de un Ernest adolescente- y, como bien dice javier, sensible que no sentimental. Pero además de esa característica, y por los cuentos que he leído en que aparece el personaje -"Los asesinos" y "Diez indios"- a mi me parece un tanto ingenuo, un representante del "buenismo", que al darse de bruces con la realidad se sorprende de que la gente pueda ser mala y los demás lo acepten con naturalidad(existen los matones y gente a la que van asesinar y que lo asume como una consecuencia natural a su actos, según los códigos por los que se rige la VIDA -en "los asesinos"; o bien, la chica prefiere a alguien que no es tan buena persona como él-.
    Así, en este personaje quedaría reflejada la joven sociedad norteamericana de la época Hemingway, que no concibe la maldad en la sociedad y en sus miembros; como si la conoce Hemingway de su participación en las dos "grandes" guerras y su vida viajera por Europa, África, etc; es decir, como exponía Efrén en la reunión del pasado miércoles, por su participación en la llamada "Generación Perdida".
    Bueno majos, no se si me explicado o si lo que expongo tiene algún punto de verosimilitud, pero por lo menos os dejo algo que leer.
    ¡Hala!, que continue el siguiente.

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  4. Cierto, muy cierto, pero... Si no hay sentimentalismo en Un lugar limpio y bien iluminado, entonces ¿qué hay? Podemos decir que también hay confrontación y lucha y violencio y deseo y hartura y soledad y... sentimentalismo. ¿Porque qué otra cosa puede hacer un tipo viejo y rico que suicidarse? Pues parece que sí que puede hacer otra cosa: puede buscar un sitio limpio y bien iluminado donde emborracharse para que dos camareros y la guardia civil anden pendientes de él y aun le queda al viejo la suficiente lucidez para contar los platos, echar la cuenta de lo que se debe y no esperar el cambio. Eso señores es sentimentalismo, egoista si se quiere, pero sentimentalismo al fin y al cabo. Sería interesante saber cuando escribió este relato Ernie (ya es como de la familia)

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  5. Me resulto muy interesante, yo habia leido de "jovencita" el viejo y el mar, acabe de pez hasta las cejas, por quien doblan las campanas y al otro lado del rio y entre los arboles, que me gustaron pero mucho mas me han gustado los cuentos, ha sido un descubrimiento.

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  6. Pues para mí que este Hemingway era un farfolla y un jurdano, un poco randa y rajamantas, así estaba, trastocho, tarueto y trastavillao. Ahora, eso sí, no tenía nada de gazaparullo, porque era más listo que un pensamiento. Le gustaba andar en todas las salsas como el perejil, se cogía unas buenas pítimas y hacer el perantón, o el perenal, que es lo mismo. Menuda vida llevó, ¿murió de un acipitorrio o simplemente arreviejao?.
    Menos mal que escribía bien, a remachamartillo, me parece a mí y no a moraga, como nos da qué pensar.
    ¿Y qué decir de los personajes que creaba? Los hombres aturraos, desenquiríos, calicaídos, empurecheteaos; y las mujeres, alguna es de remangaenaguas, pero en general están tan mal conceptuadas, que la que no es una pielga, es una jedionda, que también es lo mismo.
    En fin, toda una vida sin talandango.

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