lunes, 2 de enero de 2012

Rayuela. La lectura/1.

Abordamos la lectura según las indicaciones del autor:

73 .- París, Barrio Latino, rue de la Huchette. Se inicia con una lamentación por la enfermedad que provoca el fuego sordo y sin color, que tanto puede referirse a la pobreza como a la suciedad. Pero enseguida sabemos que eso no es más que escritura y podemos abordar todas las “turas” como el único camino hacia la verdad. La primera de estas verdades es expuesta por el escritor Morellí, el alter ego de Cortázar, se trata de un tornillo en el que un napolitano concreto su ensimismamiento durante años.

1 .- París, Pont des Arts. Busca a Maga y cuenta como arrojan un paraguas roto desde lo alto de un parque al fondo de una barranca. El juego consiste en pensar en cosas inútiles, como unos zapatos con tacos de goma. Cosas que se convierten en objetos decisorios, como el terrón de azúcar que no se planta tan pronto como toca el suelo al caer, sino que adquiere las cualidades de una bola de naftalina y escapa y se esconde entre los pelos de las alfombras, huyendo de los zapatos-gallina que llevan en sus pies aquellos hombres para los que un terrón de azúcar carece de importancia.

2 .-  En esos días del cincuenta y tantos comencé a sentirme como acorralado por la Maga, que tiene un hijo llamado Rocamadour de padre desaparecido. A la Maga le gusta cantar los lieder de Hugo Wolf y Schumann. Ronald un tipo con la cabezota colorada de cowboy, toca el piano. Y para aliviar el agobio va colocando cosas en fila: lo estético, lo ético, lo religioso; un muñequito con miga de pan, una novela trascendente y una muerte heroica.

116 .-  Comentando pasajes de Morelli sobre el arte y el artista.

3 .- Aparece Horacio Oliveira que insomne fuma y piensa. Piensa en el peso del sujeto, en la noción del objeto. Hay una referencia a su camarada Traveler. Horacio reflexiona y busca principios conforme a los que actuar; la Maga no, la Maga cuando piensa en un árbol, lo hace como hoja, y cuando mira una río, lo contempla como pez, como pez río abajo.

84 .- Hojas y lámparas. Lo inmediato y lo remoto. Lo defectivo, como los verbos.

4 .- Una frase de clochard, una bohardilla iluminada y una rayuela pintada en el suelo de una plaza de París. La Maga salió de Montevideo con un pasaje de tercera y embarazada, dispuesta a tomar lecciones de canto en París y conocer la vida, pero la Maga tenía dos ventajas: una que sabía francés y dos, que era amiga de los gatos, esos dueños del tiempo y de las baldosas tibias (al menos en París). La Maga le presentó a Étienne y este les hizo conocer a Gregorovius, y como Olivera ya conocía a Perico Romero y a Ronald, el Club de la Serpiente se fue formando en las noches de Saint-Germain-des-Prés.  La Maga que se cultivaba en las vidrieras de las librerías, guiándose por los colores y las formas de los libros. Gregorovius trataba de explicarle la metafísica a la Maga y Fauconnier decía que para gente como la Maga, el misterio empezaba precisamente con la explicación. La Maga que desconfía de todo y admira las tres horas de discusión de Oliveira y Étienne, lo trasciende todo cuando habla con una hoja al borde de la vereda y la pasea por la palma de su mano.

71 .- Morelliana. Algo así como la historia del nostálgico bípedo implume y del cajón en donde habita.

5 .- Eros y Tanatos. La Maga y Horacio. Techos de hoteles.

81 .- Cita de José Lezama Lima, completamente prescindible.

74 .- Morelliana. El guijarro y la estrella. No veo más que dos piedras separadas por la distancia, o el tiempo que al fin y al cabo es lo mismo.

6 .- Teoría y práctica sobre la cita vaga, de vaguedad.

7 y 8 .- La voz de la Maga. Estoy casi seguro. No me imagino a una mucama de hotel dando consejos a Horacio sobre cómo regar los helechos.

93 .- Horacio en primera/tercera persona. Infiel Horacio.

68 .- Puro glíglico. Se entiende regular. Erotismo. Musicalidad.

9 .- “…el aire Toulouse-Lautrec de la Maga…”,  pero solo para caminar arrinconada contra el Horacio. “El deseo cada tantas horas, nunca demasiado diferente y cada vez otra cosa: trampa del tiempo para crear las ilusiones.” El brutal machismo de Horacio que reconoce a la Maga solo capaz de decidirse epidérmicamente.

104 .- Algunas afirmaciones sobre la vida.

10 .- Un soneto de jazz.

65 .- Ficha del club de la Serpiente de Ossip Gregorovius.

11 .- El surrealismo montevideano de los Cantos de Maldoror.

136 .- Cita morelliana.

12 y 13 .- Reunión del club en torno al vodka, el jazz, el humo y las ganas de vomitar. La condesa Pardo Bazán como referente en la educación sentimental, allá arriba sobre la tribuna del Ateneo madrileño, disertando sobre la condición femenina en la época de la Restauración española.

115 .- Morelliana. La tendencia hacia la abstracción de la novela: situaciones, no personajes.

14 .- Wong, otro del Club, maestro en collages. El saxo de John Coltrane y el clarinete de Sydney Bechet. Las borrosas fotos de una ejecución sádica en China. El salmodiar del bluesman Big Hill.

114 .- Noticia de una ejecución en cámara de gas. San Quintín. Años cincuenta.

177  .- Un texto del penalista Clarence Darrow sobre la condena a muerte de menores.

15 .- Llama la atención la disertación sobre las tijeras para cortar las uñas. De alguna forma está conectado con los objetos del inicio de la novela, el tornillo del 73, el paraguas o en terrón de azúcar del 1. La Maga le cuenta a Gregorovius cómo fue violada por un negro.

120 .- Ireneo echa un gusano a las hormigas.

16 .- La Maga lo mezcla todo.

137 .- Moreliana: suma y resta.

17 .- Jazz sobre un tablero de ajedrez.

97 .- Psicologías de escritor.

18 .- Delírium Trémens.

153 .- Cita de un desconocidísimo autor argentino.

19 .- Un descanso para el lector que ya andaba muy necesitado. Rocamadour, el hijo de la Maga –que nos enteramos que se llama Lucía-, está enfermo. Olivera ceba el mate y busca la unidad, como los místicos islámicos.

90 .- La descripción de Holiveira (sic), un tipo veleta, que pretende ser espectador al margen del espectáculo en la fila uno. Que usa las haches como si fueran cápsulas de penicilina para que las palabras dejen de jugar sucio con él.

20 .- Un largo y aburrido diálogo entre la Maga y Oliveira, tal vez es el glíglico inventado por la Maga lo mejor de las páginas.

126 .- Una cita del poeta romántico alemán Achim Von Arnim, correspondiente a su novela Isabel de Egipto que narra los amoríos de Carlos I antes de llegar a emperador, con una gitana.

21 .- Espléndido soliloquio de Oliveira ahogado en su “río metafísico”, abordando la realidad pesada y dura del pasado, la impostura de fingir esa vida profunda mientras la Maga cepilla las palabras.


79 .- Interesantísima disquisición sobre la antinovela. Las palabras como un revólver para preservar la paz, como flechas que apuntan hacia el mensajero. El novelista que le pide al lector comprensión, el que quiere dejar huella, la suya y aquel otro que convierte al lector en coautor.

22 .- El incidente de un leve atropello de un viejo escritor, da pie a Oliveira a una aguda reflexión sobre la soledad y, claro, la otredad. El atropellado es, será Morelli.

62 .- Un proyecto morelliano de bioquímica literaria.

23 .- Tras el incidente del atropello, Oliveira se ve envuelto en una audición pianística con obras modernas a cargo de la pianista y compositora Berthe Trépat, una especie de marioneta a la que se le adivina el relleno vegetal. Oliveira acaba por convertirse en el único espectador del concierto y esta circunstancia, como es natural, lo comprometerá hasta el extremo de tener que acompañar a la pobre Berthe Trépat a su domicilio y, al final, verse forzado a salir huyendo como consecuencia de los descarríos que la soledad ha causado en la atormentada cabeza de Berthe. Es muy posible que este personaje de la pobre Berthe, sea uno de que inspiraban mayor ternura.

124 .- La influencia de Morelli en el Club: lo axial que se convierte en depresión y exaspera de tanto recular hacia el interior.

128 .- Cita en francés: Nous sommes quelques-uns à cette époque à avoir voulu attenter aux choses, créer en nous des espaces à la vie, des espaces qui n'étaient pas et ne semblaient pas devoir trouver place dans l’espace. No me atrevo a traducirla, pero creo que engarza muy bien con el texto anterior, pues parece demandar un espacio interior al margen de los lugares del espacio. El autor es Antonin Artaud y la obra a la que corresponde la cita es El pesa-nervios. Se trata de un escritor con ideas bastante delirantes, creador del llamado teatro de la crueldad. 

24 .- Gregorovius quiere saber si Horacio va a volver, se confiesa espía y mirón. La Maga atiende a  Rocamadour que sigue enfermo.

134 .- Consejos para el jardinero aficionado del Almanaque Hachette.

25 .- Es una casilla muy cargada de objetos. El dibujo que se traza en ella está hecho con fósforos usados. Gregorovius adoraba las peceras hasta que un día perdió la virginidad en un prostíbulo, a los pies de la cama había un acuario. El pez que gira sobre sí mismo antes de golpearse con el cristal en la nariz, cumple la función de “río físico” delimitador de la realidad. La nariz como límite del mundo, dice Gregorovius. Y cuando la Maga trata de rebasar ese límite y formula la pregunta que pone de manifiesto su ignorancia, entonces aparece el violeta: el color de la nariz hinchada. La Maga no encuentra otra forma de aliviar su dolor que sacudiendo el cigarrillo “con ese gesto que estropea irresistible las alfombras suponiendo que las haya.”  En el fondo no hay color violeta sin alfombras.

141 y 60 .- La fascinante inutilidad morelliana.

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