Apuleyo nació hacia el año 125 en una pequeña ciudad llamada Madaura en lo que sería la actual Argelia, en el seno de una familia acomodada lo que le permitió iniciar sus estudios en Cartago y ampliarlos luego en Atenas. Gran viajero, visitó el oriente y, naturalmente, Roma. Su curiosidad intelectual le llevó a interesarse por lo esotérico y la magia. En Sábratha, cerca de Trípoli, en el invierto de 158-159, Apuleyo fue juzgado por prácticas mágicas y hechicerías. Resultó absuelto. Parece que alcanzó cierta fama pues en varias ciudades se erigieron estatuas del escritor. Se desconoce la fecha de su muerte y también la de composición de su obra más relevante, El asno de oro.
Aunque
resulta interesante la postura que expone Penejaute acerca del estrecho parentesco
que el nacimiento de la novela guarda con el de la ciudad helenística, postrero
coletazo de una épica de última hora, la conclusión de hallarnos ante textos
mistéricos no parece propiciada más que por la importancia que en aquellos
remotos tiempos se daba a la religión. Y así parece en nuestra obra, pues fue
San Agustín el primero que se refiere a ella bajo la denominación de Asinus aureus.
La
fórmula autobiográfica, como en la picaresca, es la elegida para el relato que
se vertebra en tres partes: antes de ser burro, mientras fui burro y tras dejar
de ser burro. Curiosidad y crueldad son los dos leitmotiv.
A) Cuenta
Lucio que yendo hacia Tesalia tropezó con dos que contaban historias para
entretener el camino.
B) Uno de ellos, Aristómenes, dice que yendo de camino hacia
Hipata tropezó con un conocido llamado Sócrates en lamentable estado.
c) A Sócrates unos
saltadores primero y una amante hechicera después llamada Meroe, le han
reducido a tal estado.
d) Meroe cuenta a Sócrates cómo en una ocasión supo recluir a
toda una ciudad en el interior de sus casas durante dos días.
B 1) Retoma el relato Aristómenes para dar cuenta del
sanguinario rito que Meroe lleva a cabo con el corazón de Sócrates tras
degollarlo y de las razones de aquella para dejar con vida al narrador.
A 1)
Lucio abandona a sus dos compañeros para desviarse hacia Hipata, donde pregunta
por Milón, usurero y tacaño, a quien va recomendado por carta de su amigo
Demeas, de Corinto. Tesalia es la región de la magia y la hechicería y Lucio
apenas puede creer que camino del mercado encuentre a su aya Birrena. Esta le
advierte de los hechiceriles poderes de la esposa de Milón, Pánfila, y
Lucio se enreda en amores con la criada Fotis. Durante la cena Lucio,
imprudente, habla de las artes adivinatorias y señala a un caldeo que en
Corinto divulga “los secretos del destino”.
B 2) Eso hace que Milón recuerde que ese mismo caldeo, llamado
Diófanes, pasó por Hipata y un día encontró a alguien al que llamó hermano y
que le preguntó por su viaje por mar y por tierra desde Eubea.
C 1) Diófanes cuenta su
naufragio y la muerte de su hermano Arignoto.
A 2)
Lucio visita la casa de Birrena, su aya, y allí...
B 3) Telifrón cuenta que durante una noche estuvo velando a un
muerto para impedir que las hechiceras se apoderasen de su cuerpo y cómo acabó
por perder orejas y nariz.
A 3)
De regreso a casa Lucio es asaltado por tres maleantes a los que da muerte y a
la mañana siguiente es apresado y conducido ante el tribunal que los juzga ante
la vista del pueblo y de los tres cadáveres. A fin de que compruebe la magnitud
de su crimen se le ordena descubrirlos y entonces contempla que no son sino
tres odres agujereados. Es, claro, una pesada broma, pero el bochorno hiere a
Lucio que apresurado se encierra en casa. Es entonces cuando su amante Fotis le
descubre el secreto de su señora Pánfila, una tan grande hechicera como la
feroz Ericto de la que habla Lucano en su Farsalia. La curiosidad, que no sabe
de peligros, le lleva a Lucilio a observar las evoluciones de un encantamiento,
de una metamorfosis. Y de la de la maga a la del curioso Lucio todo fue uno,
solo que si aquella lo fue en ave, este lo es en asno. La irrupción de una
cuadrilla de ladrones en la casa de Milón y la salida apresurada con el botín,
hace de Lucio un asno de caminos. Como bestia de carga es conducido por los
ladrones hasta su cueva.
B 4) Los ladrones cuentan sus
hazañas.
A 4)
Lucio-asno observa como los ladrones se marchan y traen secuestrada a una
hermosa joven por la que piden rescate. La doncella llora y la vieja que cuida
de los ladrones para entretener el tiempo cuenta un cuento.
B 5) Relata la vieja el cuento de Psique. La astuta Venus,
prisionera de la envidia que la belleza de Psique le causa, urde la venganza,
pero Cupido resulta víctima de sus propias flechas, lo que exacerba la
irritación de la diosa contra Psique.
A 5)
La respuesta que los ladrones dan al intento de fuga de Lucio-asno portando a
la doncella secuestrada es terrorífica, pero la llegada del prometido de la
muchacha que se esconde bajo el disfraz del temible bandolero Hemo de Tracia,
los salva de una muerte atroz. Se las prometía felices nuestro amigo
Lucio-asno, pero el escudero de la nueva pareja no pensó más que en sacarle
todo el partido a las fuerzas del animal. A punto de morir o algo peor, llega
la noticia de la desgracia de la joven pareja, la doncella secuestrada de
nombre Gracia y su novio que la rescató.
B 6) El mensajero cuenta que un mal hombre llamado Trasilo,
enamorado de Gracia, mata al marido durante una cacería, pero lo encubre de tal
manera que se hace hasta respetuoso frente a la viuda. Sin embargo, la pasión
acaba por cegarle y de forma imprudente confiesa su amor y su culpa. Gracia
prepara la venganza y el sacrificio final.
A 6)
Los pastores y criados de la triste pareja ante la nueva desgracia huyen y se
llevan consigo a Lucio-asno. Perros salvajes, apedreamientos, hormigas
carnívoras y hasta un dragón acompañan en su viaje a nuestro narrador. Acaba en
manos de un afeminado sacerdote-mendigo que convierte en altar los lomos del
animal. Después de no pocas aventuras llegan a una aldea.
B 7) En la posada
alguien cuenta la desgracia de un pobre hombre engañado por su astuta esposa
que saca y mete hombres de una honda tinaja.
A 7)
Los malos pasos del sacerdote-mendigo y sus compañeros hacen de Lucio-asno un
semoviente subastado. El nuevo dueño es un molinero, la gran desgracia de un
cuadrúpedo, que se ve obligado a pisar sin cesar sus propias huellas moviendo
la muela del molino. Pero para nuestro Lucio-asno es aún peor porque le basta
mirar el lamentable estado de sus compañeros para saber el futuro que le
espera.
B 8) La historia de la mala vida que a un molinero daba su
mujer y de su trágico final.
C 2) La historia de
Filesitero.
A 8)
Puesto de nuevo a la venta, termina Lucio-asno en manos de un hortelano muy
pobre, el cual se ve envuelto en un áspero incidente con un legionario en cuya
resolución posee buena parte de culpa la curiosidad de Lucio-asno. Un atroz
crimen se fragua en la casa adonde Lucio-asno es conducido por el decurión.
B 9) La historia de una madrastra que
torna un amor incestuoso por una copa de vino envenenada.
A 9)
Otra vez Lucio-asno es vendido. En esta ocasión a dos hermanos, uno panadero y
el otro cocinero, esclavos de un amo rico. Los nuevos dueños nadan en la
abundancia, pues cada noche llevan a su casa una buena porción de las sobras.
Así Lucio-asno deja el heno intacto y se atiborra de los manjares humanos. Esto
llama la atención de los hermanos que descubren las habilidades del animal. Le
enseñan a bailar y a sentarse a la mesa. Tiaso, el amo, se hace acompañar de
Lucio-asno en su viaje a Corinto hasta donde ha llegado la fama del Lucio-asno.
Su éxito es tal que cierta mujer abona el precio que se le exige por un encuentro
sexual. También en la antigüedad el afán de lucro era tan poderoso estímulo que
Tiaso no tiene reparos morales en ofrecer en espectáculo publico el
apareamiento de una mujer con un asno.
B 10) La historia de la depravada
mujer que saldrá a la arena en unión de Lucio-asno.
A 10)
Ante una perspectiva tan poco favorable, yacer con una mujer asesina condenada
a ser devorada por las fieras, Lucio-asno escapa y suplica la ayuda de los
dioses para acabar con su triste destino. Isis, la diosa egipcia a la que los
romanos hicieron hueco en su Capitolio, se hace visible ante Lucio-asno y por
su mediación se pone fin al encantamiento. Lucio renacido por la divina
intervención decide consagrarse al servicio de la diosa. Una diosa que parece
ocuparse de los problemas de los hombres.
Antes
de ser burro, Lucio estaba siempre al borde del descubrimiento y la curiosidad
lo era todo; mientras fue burro vio desfilar ante sus ojos y zumbar alrededor
de sus grandes orejas, toda la miseria humana; y después de dejar de ser burro,
los dioses no le dejan en paz.