miércoles, 18 de septiembre de 2013

Los preliminares de la segunda parte del Quijote.



Hay algunas cosas que no debemos de pasar por alto en los Preliminares de la Segunda Parte. Lo primero en lo que se repara es en el título de la portada, pues el “ingenioso hidalgo” se ha transformado en “ingenioso cavallero”.  Lo más probable es que esta mutación se daba al proceso editorial pues, tal y como señala Francisco Rico, tal variante de caballero hablando de su ingeniosa criatura, no suele ser usada por Cervantes. Después de la tasa y de la fe de erratas, aparecen nada menos que tres aprobaciones, recordaremos que ninguna aprobación figuraba en la Primera Parte, lo que suele achacarse a olvido o simplemente que no estuvieran a mano. Quizás convenga aclarar estos extremos. Con el término aprobación se hace referencia a la licencia para imprimir, es decir a la censura. Solían ser dos: la religiosa y la civil, en nuestro caso las que firman Cetina y Valdivielso. La que sorprende es la tercera, la de Márquez Torres, por ser del todo superflua y, dado su contenido, algunos cervantistas han visto en ella, disfrazada, la pluma de Cervantes. Como agudamente apunta Canavaggio llama la atención que los caballeros franceses llegados a la Corte, no mencionen la primera parte del Quijote y se refieran a la Galatea y a las Novelas, parece que Cervantes prefería no aparecer como autor de la historia de un loco. 

Tras el privilegio aparece el prólogo al lector. Sabemos ya de la extraordinaria importancia de los prólogos en la obra de Cervantes y de la novedad que anuncian siempre. En este, Cervantes cita al lector para que sea testigo de su disputa con “el autor del segundo Don Quijote”, esto es el de Avellaneda. Lo que Cervantes no tolera es que aquel le haya tratado de viejo y manco, que ni está de su mano detener el tiempo ni perdió la izquierda en riña de taberna. La dedicatoria merece una atenta lectura, en ella nos encontramos con otro de esos maravillosos inventos cervantinos: una carta escrita por el emperador de China en lengua chinesca y enviada por un propio (no sabemos sino chino o español), dirigida al mismísimo Cervantes con el ruego de que funde algo así como un Instituto Cervantes. La cosa quedó aplazada. 


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