sábado, 5 de julio de 2025

La familia Martin. David Foenkinos

 


Leo a David Foenkinos (París, 1974) para tomarme un respiro. Y la afirmación tiene intenciones halagadoras. Sus historias siempre resultan interesantes y están construidas con una prosa vivaz y cercana. Admiro su capacidad para atrapar al lector desde el inicio mismo de la novela. No tardas en identificarte con personajes, situaciones y emociones.

Esta que comentamos hoy data de 2021 y nos habla de la extraña ambigüedad que aparece entre ficción y realidad. Un escritor sale a la calle dispuesto a meter las narices en la vida de los demás, como último recurso para aliviar su pobreza narrativa. Es entonces cuando la ficción se inmiscuye en la realidad para cambiarla radicalmente. Pero no pensemos que estamos ante un ejercicio de metaliteratura ni frente a una alambicada forma de crítica literaria. Nada de eso. Los personajes están ahí, a la espera de que el autor llegue para cambiar sus vidas y dispuestos instrumentalizar al escritor para transformarlo a su vez.

Superada la primera sorpresa, Madeleine Tricot está encantada de que un escritor quiera contar su vida. A la gente le gusta hablar de sí misma. Nos encanta que alguien se preste a escuchar nuestra historia, que lo haga con interés y se muestre dispuesto a dejar constancia de nuestro paso por el mundo en un libro. Juega con ventaja Foenkinos, pero como el mismo nos advierte “seamos sinceros, la felicidad no le interesa a nadie”, así que hay que indagar un poco para que aflore a la superficie aquello que permita alimentar el interés del lector.

Cada uno de los miembros de la familia Martin tiene sus propios problemas. Unos tienen su origen fuera y cristalizan en la convivencia, otros son los propios del paso del tiempo que araña la superficie del amor y hace que todo pierda el lustre, luego están aquellos que se mueven con algo más de holgura en la cadena de acontecimientos que precipita la llegada del extraño a la familia. Mi personaje favorito es Patrick, el marido de Valérie (la hija de Madeleine) que víctima de un acoso laboral toma una decisión deliciosamente atrevida cuya originalidad lo reintegra al núcleo familia con trazas heroicas.

Lo mejor de todo es que Foenkinos es dueño pleno de su relato y de sus personajes, y no le duele en prendas convertirse a sí mismo en catalizador que permite a los Martin recuperar la plenitud de su vida familiar. Seres humanos sedientos de lazos afectivos y conexiones verbales.

La última novela publicada por el autor parisino es La vida feliz en la que el protagonista acaba poniendo en marcha una empresa de pompas fúnebres muy peculiar. 


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